Identificar, analizar y evaluar todos los riesgos de una actividad empresarial es una tarea necesaria e inevitablemente compleja pero la complejidad es una barrera para el usuario.
La palabra clave es: Sencillo, la complejidad propia del asunto no se nota en la experiencia del usuario. Todo está ordenado, presentado de forma fácil, comprensible. Basta con cumplimentar los formularios de evaluación y el proceso se desencadena sin mayor intervención del usuario, para obtener de forma automática, los resultados deseados en un formato claro, preciso, elegante. Las evaluaciones nos indicarán aquellos aspectos que precisan mejora, los que son satisfactorios, los intolerables, no solo de forma numérica sino también en distintos formatos gráficos, altamente significativos. El lenguaje de colores aplicado en los resultados facilitará su identificación, incluso por profanos en la materia.